¿QUE ES EL PERONISMO?
El ahora presidente de Argentina Javier Milei hizo su campaña urgiendo a los argentinos a destruir el peronismo que él, con toda razón, acusaba de haber sido una maldición para Argentina. En ella apuntó a dos de sus características: sus políticas económicas y su organización en una red clientelar que ha mantenido el poder político por casi un siglo. Pero él nunca dio preponderancia a una tercera característica del peronismo—la anulación de la democracia que consiguió al gobernar a través de decretos ejecutivos que fueron concentrando el poder total en manos del presidente. Viendo para atrás, tiene sentido que Milei no haya atacado esa parte del peronismo porque es la que ha copiado: la característica más esencial, la concentración del poder en caudillos como Juan Domingo Perón, Eva Perón, Isabel Perón, los Kirchner.
En esta vena, Milei mandó al Congreso a fines de diciembre un Decreto Nacional de Urgencia (DNU) que traspasaría el poder legislativo al ejecutivo (es decir, a sí mismo) por dos años, prorrogables por dos años más, lo cual lo convertiría a él, personalmente, en presidente y congreso por todo el período de su presidencia. En el mismo acto, el presidente comenzó a ejercer las prerrogativas legislativas con una ley ómnibus, que entre otras cosas derogó total o parcialmente 30 leyes con 300 cambios.[1]
Este DNU se mantendría en vigencia solo si el Congreso lo aprueba y si la Corte Suprema de Justicia no lo derriba. Pero las leyes derogadas, derogadas quedan. Para restituirlas, el Congreso tendría que volver a aprobarlas, lo cual sería fácil para el Congreso. Pero las acciones tomadas sobre la legislación reformada en la ley ómnibus están ya crean derechos adquiridos, de tal manera que, por ejemplo, si una de las leyes reformadas facilita la privatización de una empresa y la empresa se privatiza, privatizada queda. Muchos libertarios, incluyendo al presidente, piensan que esta es una maravillosa oportunidad, por ejemplo, para hacer contratos dentro de una legislación laboral que ha debilitado profundamente el derecho de huelga. Estos contratos quedan protegidos contra huelgas en aquellos puntos tocados por la ley ómnibus. Esa, sin embargo, es gente miope que piensa o que la democracia se acabó en Argentina, o que la gente no va a votar nunca por alguien que va a usar los mismo DNU para derogar todas las reformas que Milei está haciendo. Peor aún, no se da cuenta de que al hacer esto, Milei está abriendo la puerta para que un presidente marxista puede nacionalizar toda la capacidad productiva del país en un par de semanas.
Nadie parece pensar en que con estas acciones Milei está destruyendo los pesos y contrapesos que son parte de la esencia de la democracia liberal. Esa destrucción es en sí misma un acto tiránico porque pone la voluntad de una persona sobre la del país entero, pero es peor que eso, porque pone en marcha una dinámica que tiende a volver cada vez más grande ese la autocracia que se está formando.
Milei, que dice que ama la libertad más que nada, está ampliando el camino para que el país camine hacia la servidumbre. En nombre de la libertad, está tratando de concentrar el poder en sí mismo, que luego usará para restringir la libertad de los argentinos. Muchos de los miopes dirán que él nunca usaría esos poderes para asegurar su propio poder, para satisfacer sus ansias de poder. Pero, ¿para qué puede querer esos poderes si no para forzar sus ideas y su vanidad en los demás?
Anton Chekhov, el cuentista ruso aconsejaba que si uno comienza un cuento diciendo que en una pared de una sala hay un fusil colgado, ese fusil debe ser disparado antes del final del cuento o ser eliminado de la pared porque no serviría de nada tenerlo allí colgado. Igual, si un político cuelga un fusil en su pared al comenzar su período, es porque piensa usarlo. Ya lo comenzó a usar. No hay duda de que lo seguirá usando.
Irónicamente, diciendo que está destruyendo el peronismo, Milei está conservando su componente más destructivo. La concentración del poder es lo que ha vuelto posible su captura del poder por tantas décadas a través de su grupo clientelar. Si Milei quitara todas las leyes que el peronismo ha establecido pero mantiene la concentración de poder la fuente del mal se mantiene y el peronismo o algo peor retornará o nacerá.
Como todo en Argentina, la realidad es más complicada que lo que se ve a primera vista en la discusión de los párrafos anteriores. Pero las conclusiones de esta discusión se mantienen luego de profundizar en cinco preguntas que uno puede hacerse en este tema: ¿Independientemente de la manera en la que se están haciendo, las reformas propuestas por Milei son convenientes? ¿Son constitucionales? ¿Es inteligente hacerlas de esta forma? ¿Tienen la derecha o la izquierda todas las respuestas para que sea positivo eliminar los insumos de uno de los dos? ¿Es hipócrita la derecha argentina que dice que está a favor de los derechos individuales pero que en la primera oportunidad está tratando de imponer sus opiniones e intereses sobre los demás en un claro abuso de poder?
¿LAS REFORMAS SON CONVENIENTES?
Sintomáticamente, éste es el tema que más se ha discutido en Argentina y en América Latina en general. Los de derecha tienden a apoyar las reformas porque creen que corresponden a su ideología, y los de izquierda al revés. Ninguno de ellos, que normalmente se definen como demócratas, se detiene a pensar en que la manera en la que se están haciendo es antidemocrática.
No debemos de caer en esa tentación en este artículo. Esto es lo menos importante en este momento. Lo importante es mantener la estructura institucional de la democracia liberal, no darle todo el poder a una persona para que haga lo que quiera.
¿ES CONSTITUCIONAL EL DNU?
Con el cinismo que cunde en Argentina después de casi un siglo de abusos peronistas y antiperonistas, muchos argentinos dicen que el DNU es un instrumento perfectamente constitucional que todos los presidentes argentinos han usado. Esta aseveración es cierta, pero esconde una representación falsa de lo que es el DNU que Milei está mandando al Congreso, que va mucho más allá de los DNUs aprobados por la Constitución.
El artículo 93, inciso 3, de la Constitución comienza así:
“El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.”
Inmediatamente después establece una excepción con las siguientes palabras:
“Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.” [2]
El DNU de Milei no cumple con estos requisitos leídos en perfecto castellano y por prominentes abogados constitucionalistas argentinos como Daniel Sabsay.[3] Ningún abogado constitucionalista, excepto los del gobierno, dicen que el DNU de Milei es constitucional. No hay ninguna circunstancia excepcional que haga imposible seguir los trámites previstos por la Constitución para la sanción de las leyes, que se refieren a impedimentos físicos para que se junten los congresistas, como los causados por guerras, terremotos, inundaciones, y plagas. Tan es así que el Congreso, que está en receso, se va a reunir para discutir el DNU. Pero más fundamentalmente, las intervenciones legislativas que la segunda parte del inciso 3 del artículo 99 aprueba son cosas muy específicas. No incluyen cambios radicales al sistema económico y político del país—que son precisamente los que Milei está tratando de hacer.
Que el uso de los DNU para realizar reformas amplias y fundamentales no es constitucional se confirma porque el tema ya ha sido discutido antes por la Corte Suprema, que dijo que no lo era, y esa discusión fue el motivo de la reforma constitucional de 1994, que fue la que escribió el inciso 3 del artículo 99. Los DNU habían existido desde los años treinta sin que se especificaran sus límites y los peronistas habían estado usando este vacío para imponer reformas con abuso de poder. En 1994 se discutió el tema y se pusieron los límites y se modificó la Constitución. Ahora, Mile quiere quitar los límites que se impusieron a los peronistas.
Hay gente que alega que el espíritu de estos gobiernos por decreto está basado en el derecho romano y que eso debe incorporarse a la doctrina para interpretar el artículo 99, inciso 3. Ciertamente, los romanos tenían una institución, llamada la dictadura, para enfrentar situaciones críticas. Pero esta institución era más limitada que lo que permite la Constitución argentina. La concentración de poder que Milei estaría logrando con el DNU sería mucho mayor que la que tenían los dictadores en Roma. Para empezar, los dictadores eran nombrados por uno de los dos cónsules que habían sido electos por el pueblo, que a su vez estaban bajo el poder del Senado. Los cónsules seguían manejando el estado mientras el dictador resolvía el problema concreto (llamado la causa) que se les había entregado para resolver dentro de las leyes existentes en Roma y bajo el control general de los cónsules. Además, el problema a resolver tenía que ser concreto y específico—como por ejemplo, derrotar a Aníbal cuando invadió Italia. Y no podían tomar medidas que afectaran los derechos del pueblo romano.[4]
Por supuesto, la última palabra la tiene la Corte Suprema de Justicia de Argentina. Pero las opiniones de los constitucionalistas son bien claras en el sentido de que el uso de los DNU para los propósitos de Milei es inconstitucional.
¿ES UNA MEDIDA INTELIGENTE?
Aparte de si es o no constitucional, es importante preguntarse si es inteligente hacer las reformas de esta manera si el objetivo es que sean sostenibles. De nada sirve hacerlas si en un rebote de las preferencias de los votantes la oposición gana elecciones presidenciales en el futuro y usa los mismos métodos para deshacer todo lo que Milei ha hecho e impone alguna doctrina exótica como el comunismo en unos cuantos días.
Los problemas para volver sostenible lo que Milei dice que quiere no vendrían solo de los peronistas y los comunistas o los opositores sino de las mismas supuestas filas de Milei. Por supuesto, habrá inversionistas que están deslumbrados por la posibilidad de tornar Argentina en un paraíso libertario en un mes, pero la mayor parte de los inversionistas son mucho más fríos que esto, y lo que van a pensar es que nada parece más inseguro para invertir que un país que puede darle vuelta a su orden jurídico en un mes siguiendo la voluntad y las promesas ambiguas de un solo hombre—ambiguas porque habla de libertades pero actúa para concentrar el poder en la manera de un fusil de Chekov. Después de reflexionar por un rato pensarían que esa ha sido la maldición de Argentina, que esa fragilidad de sus instituciones son las causantes de su caída de ser uno de los países más ricos del mundo a ser un país lleno de pobreza ahora, y que si Milei vuelve a valerse de esa debilidad para hacer los cambios que quiere no va a destruir al peronismo sino a fortalecer su espíritu.
Argentina no va a desarrollar una sólida democracia liberal con estos trucos y sin una democracia liberal funcional el capitalismo tampoco va a funcionar bien—va siempre a ser ajustado o eliminado por nuevos trucos.
En realidad, una de las estrategias que los peronistas podrían tomar en respuesta a las movidas de Milei podría ser aprobarle el DNU, con lo cual ganarían dos grandes ventajas estratégicas. La primera, darle toda la cuerda para que Milei se ahorque, porque la batalla por pasar las leyes no es nada comparado con las que vendrían una vez éstas hayan sido pasadas solo por Milei. Solo imaginen una tormenta en la que todos los rayos caen en un solo punto. Y los rayos generados por reformas que quiten todos los beneficios sociales al mismo tiempo serían muy numerosos. Después de un tiempo, todos los problemas, los que venían de los peronistas y los de Milei, serán cargados a Milei.
La segunda ventaja sería abrirles el camino para que, al terminar el período de Milei, ganen las elecciones y apliquen la misma medida, el DNU, para terminar con todo lo hecho por Milei.
¿TIENEN LA DERECHA O LA IZQUIERDA TODAS LAS RESPUESTAS?
Tanto la derecha como la izquierda piensan que tienen todas las respuestas a las preguntas del desarrollo, y en esto ambas están equivocadas. No hay sociedad sostenible y desarrollada que esté formada con insumos de sólo una de las dos. La realidad es tan compleja que no solo las opiniones sino las realidades se ven diferentes dependiendo del punto de vista. Para poder lograr el equilibrio y el progreso, es necesario actuar en todas las dimensiones diferentes que distintos observadores obtienen de la realidad. Todos los países desarrollados estan basados en la democracia liberal, que surge de esta inclusión de realidades y opiniones. En el diseño de las reformas que hay que hacer en Argentina es indispensable usar los recursos intelectuales y reales de tanto la izquierda como la derecha. No solo es para lograr votos. Es también para diseñar mejores políticas.
Los países que diseñaron sus políticas tomando en cuenta solo las ideas de un lado ideológico—como Alemania nazi y la Unión Soviética—llevaron a sus países a tragedias espantosas y luego a gran pobreza. En cambio, la democracia liberal llevó a la creación de las sociedades más desarrolladas del mundo, cada una con un sabor ideológico diferente—desde Estados Unidos hasta los países nórdicos, todos iguales en estar basados en la democracia y los derechos individuales, todos diferentes en las maneras en las que lograron su cohesión social Es hora de que esa lección se aprenda en América Latina. Ahora Argentina está en posición de demostrar que la ha aprendido. Si no la ha aprendido, no tiene futuro distinto a estar cambiando de bando cada ciertos años, en cada uno de esos cambios yendo hacia los extremos.
¿ES HIPOCRITA LA DERECHA LATINOAMERICANA?
Este es el momento de la verdad de Argentina. Este es el momento en el que puede abandonar el camino de los atajos, que es el camino del peronismo, y optar por las instituciones de la democracia liberal, que parecen más lentas pero que son efectivas en lograr el desarrollo y la libertad y los derechos del individuo. Este es el momento que los que están en el poder y los argentinos en general revisen la historia y vean que los que han gobernado por decreto ejecutivo en toda la historia han llevado a sus países al fracaso económico y a grandes tragedias, recientemente en el siglo XX—como los emperadores del Segundo Reich y los presidentes y cancilleres de la República de Weimar, como los Zares de Rusia, como los emperadores de Austria, como los nazis y los comunistas—y en la antigüedad, como en la misma Roma, que cuando dos dictadores, Sila y Julio César, rompieron la institucionalidad de la dictadura y la convirtieron en instrumento de poder total, llevaron a Roma a la más sangrienta de sus guerras civiles y luego a la pérdida de la democracia y al colapso final del imperio.
Milei ha amenazado al Congreso con que si éste no aprueba su DNU va a realizar un referéndum para cambiar la Constitución, a la chilena. Esto es lo que Milei debería de hacer sea que se lo aprueben o no. Chile hizo lo correcto y salió muy bien. Los gobiernos chilenos de izquierda y derecha tienen ahora una seguridad de saber muy claramente lo que el pueblo quiere y tienen abierto el camino para una sociedad sin conflictos fundamentales. Esa estabilidad fundamental es esencial para el equilibrio de la sociedad en el futuro.
Esa ventaja no la tendría Argentina si Milei hace sus reformas tomando el atajo de los decretos ejecutivos. Si lo hace así, nadie, ni él mismo, tendrá la seguridad que el país necesita para salir de una vez por todas de su desequilibrio. Al contrario, levantará los ánimos para una oposición que hará lo mismo que él pero al revés.
Esta es la hora de la verdad para la derecha argentina y latinoamericana. ¿Es de verdad democrática, o sólo quiere eliminar las leyes sociales, buenas y malas al mismo tiempo, a como de lugar? ¿De verdad creen en la democracia liberal, que está fundada en tomar en cuenta a todos en el gobierno, a los que piensan como nosotros y a los que no? ¿Creen de verdad que la estabilidad y el progreso están ligados al desarrollo de las instituciones democráticas y no en darle el mando total a una sola persona?
Milei, sus colaboradores y la derecha argentina tienen ahora en sus manos el destino del país. No deben perder esta oportunidad creyendo que van a resolver en 15 días o un mes los problemas que Argentina ha acumulado por un siglo entero, y que van a arreglar con leyes un problema que surge de principios y valores que, si no cambian, llevarán a una reinstalación del peronismo. Es mejor tomar el camino de Chile, y ser consistentes con la ideología de verdad liberal, que tiene que ver con cómo se maneja el poder de modo que se respeten los derechos individuales, que incluyen la libertad de pensamiento y el respeto a la diversidad.
Este reto lo tiene ahora Argentina, pero es común a toda América Latina. Igual que a través de toda la historia, la región está abandonando las instituciones en favor de los líderes carismáticos que ofrecen atajos por la derecha y por la izquierda. Mucha gente se ha quedado atrasada y piensa que el mundo se divide entre los buenos y los malos, con cada uno de ellos definido por lo cerca que está su ideología con la de ellos. Los que piensan así terminarán igualmente mal, porque el mundo seguirá siendo diverso, y sólo hay dos maneras de manejar la diversidad: con respeto a las opiniones e intereses distintos a los nuestros o con tiranías sangrientas que no manejan la diversidad, sino que tratan de eliminarla con violencia. Para lograr la estabilidad y el progreso, necesitamos unirnos todos los que creemos en la primera opción, tanto de izquierda como de derecha, y trabajar por un orden democrático que es el único que puede detener el avance de las tiranías.
--------
Manuel Hinds es miembro del Instituto de Economía Aplicada, Salud Global y Estudio de la Empresa Comercial de la Universidad Johns Hopkins. Compartió el Premio Hayek 2010 del Manhattan Institute. Es autor de cuatro libros, el último de los cuales es En defensa de la democracia liberal: lo que tenemos que hacer para sanar a una América dividida. Su sitio web es manuelhinds.com
[1] El texto completo del DNU anunciado por Javier Milei el jueves 21 de diciembre de 2023, La Nación, https://www.lanacion.com.ar/politica/el-texto-completo-del-dnu-que-anuncio-javier-milei-nid21122023/
[2] Ver la Constitución de la Nación Argentina https://www.oas.org/dil/esp/constitucion_de_la_nacion_argentina.pdf
[3] Declaraciones en televisión de Daniel Sabsay, constitucionalista argentino,
y
[4] Theodor Mommsen, The History of Rome: From the Foundations of the City to the Rule of Julius Caesar, e-artnow, 2018, Kindle Edition.
Que buena exposición! Como seguimos siendo ciegos y sordos. Satisfechos cuando oímos lo que queremos escuchar pero no nos tomamos ni el tiempo ni la preocupación para ver tan claro el panorama completo con lo que dejamos de esperar prometer. Ahora en una encricijada vemos el entusiasmo de un pueblo que sin reflexiionar a fondo, aplaude a un líder que promete lo mejor a lo diferente supuestamente. Leímos tìtulos pero no desglosamos contenido. Lo más probable es que se encaminan aceleradamente a lo que cabalmente necesitaban abolir. Ahora con el tremenndo riesgo que sea un ir sin retorno a una dictadura de derecha o izquierda, igualmente dañinas. Aprendamos a distinguir de lo que es vivir verdaderamente en una democracia liberal! O seguir siendo sometidos.