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El nuevo orden mundial, sorprendido esta vez por un hijo que aunque legítimo, no obedece a ninguna ley consecuente. No basta tener y conocer todas las cartas sobre la mesa, al que no se le atendió en lo debido, siempre nos sorprenderá y surgirá con un As bajo la manga que surge de una fuerza desconocida aún para él mismo. Pero siempre alimentado a la sombra robusteciéndose de las migajas o fuerzas ocultas en las que nadie puso su atención debidamente a tiempo. Y se les dejó crecer sin preocupación alguna. Ignorarlas fue el gran pecado.

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